lunes, 21 de enero de 2013

¡ EL SOL JUGUETÓN!

Como a muchos de nosotros al Sol también le gusta jugar. Suele hacerlo con las nubes que, ligeras de agua, corretean por el cielo dejándose llevar por un viento que, a veces, se dulcifica convirtiéndose en aire. Pero llegó un día en el que el astro rey no pudo jugar porque las nubes, cargadas de lluvia infinita, lo ocuparon todo sin dejar que se asomase ni un instante para iluminarnos con su luz. Entonces, triste y solitario, esperó y esperó hasta que la naturaleza quisiese dejar a las nubes y al feroz viento volver a la calma. ¡Cómo las echaba de menos! Descubrió así que lo importante no era ser el único sino poder compartir lo que uno es y lo que uno tiene con los que lo rodean. La madre y sabia naturaleza, al fin, dejó que el Sol volviese a mandarnos su luz y su calor permitiéndole volver a relucir para todos nosotros. A veces lo veo jugar al escondite. ¡Está tan contento!

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