lunes, 28 de enero de 2013

PALABRAS ANTÓNIMAS

El cielo azul ocupaba todo el techo del mundo y los rayos de un sol generoso iluminaban todo lo que había por debajo de él. Incluso mi cabeza que llevaba al aire para dejar que la luz y el calor del astro rey cayesen sobre ella. Montada en la bici recorría el paseo acompañada a cierta distancia por mis padres. Estaban un poco disgustados conmigo porque no llevaba puesto el casco de la bici como ellos me habían recomendado. Soy muy caprichosa, a veces. Pero, en esta ocasión, fue el destino quien, caprichoso también, quiso enseñarme algo que mis padres ya sabían: los cascos protectores se llevan en la cabeza y no colgados del manillar. Cuando quise frenar fue demasiado tarde para uno de mis dientes. En el dentista me di cuenta de que los consejos y las advertencias de papi y de mami no son tonterías, la única tonta fui yo. Ser caprichosa es todo lo contrario a ser inteligente. Palabras antónimas, como diría mi profe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario